La vida personal y laboral: ¿Dónde está el equilibrio?

Felip Rodriguez

Existe un hilo común entre los coachees: la búsqueda del equilibrio entre el trabajo y la vida personal. La carga de trabajo es cada vez mayor, los equipos son más exigentes, los objetivos más osados, el salario retenido o incluso inferior  y no siempre los entornos de trabajo fomentan el equilibrio emocional. Al llegar a casa nos damos cuenta que las exigencias domésticas están ahí; la dichosa hipoteca, los recibos del gas más caros de Europa, la luz que nos recuerdan que empieza a ser un artículo de lujo en España poner la calefacción, rellenar la despensa cada semana y, en una media de tres horas al día, dedicarse a la educación de los hijos, jugar con ellos si se puede, y convivir con la pareja . Si eso no es suficiente, en algún momento salta la chispa; ¿Y yo qué?, ¿qué hay de mis sueños?, ¿mis ilusiones?, ¿mis proyectos encerrados en un cajón o definitivamente enterrados en el jardín junto al hueso del perro?. Surge la desagradable sensación de no saber donde está realmente el norte de nuestras vidas o sencillamente, nuestra felicidad.

 

La continuació a la historia se deja entreveer: Hacemos esfuerzos para evitar que la ansiedad suba por la garganta y contaminemos a nuestro entorno con nuestros miedos e inseguridades, nos cuesta vivir el aquí y ahora de un cortado con un bocadillo en una cafetería cualquiera o el simple disfrute de un paseo con nuestra pareja; ¿Qué pasará mañana en el trabajo con aquel cliente?, ¿Cómo llegaré al presupuesto? ¿Cómo es que mi segundo hijo también tiene ahora TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) y he de llevarlo al psicólogo?

 

La buena noticia es que en el proceso de coaching que realizan los clientes o coachees, al empezar a trabajar para encontrar, fijar y confeccionar su Plan de Acción que les permite alcanzar sus objetivos, descubren que las piezas del puzzle  van encajando y sorprendentemente, de forma armónica con una facilidad impensable hace tan solo un puñado de sesiones antes. Trabajar el objetivo que justifica la relación con el coach tiene como efecto secundario un mejor encaje de la vida personal, la relación laboral y consecuentemente una mayor sensación de felicidad.

 

Tu proceso de coaching y tu coach son testigos que el equilibrio siempre ha estado en ti.

 

Compartir:

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email

Blog Moviliza

Otros artículos de interés

Ir a Arriba